Cómo llenar las horas tranquilas con huéspedes que pagan

Las vinotecas suelen enfrentarse a un reto habitual: las horas punta son predecibles (las tardes, los fines de semana, la hora del aperitivo), mientras que las tardes o los días laborables pueden parecer vacíos. Pero esas «horas tranquilas» no tienen por qué seguir siendo poco rentables. Para los viajeros, esos mismos momentos son el momento perfecto para disfrutar de una experiencia enológica selecta. Al ajustar la oferta a esta demanda, las vinotecas pueden convertir el tiempo de inactividad en ingresos estables y prepagados.

El problema de las horas tranquilas

Todas las vinotecas conocen el ritmo: ajetreo por las tardes, gran afluencia de público los fines de semana y periodos más tranquilos entre medias. De lunes a miércoles, o a media tarde antes de la cena, las mesas suelen permanecer vacías. Esta demanda irregular genera ineficiencias y oportunidades de ingresos perdidas.


Por qué las horas de silencio son perfectas para los turistas

Para los viajeros, el momento es diferente.

  • Tardes: después de visitar monumentos o museos, muchos turistas buscan algo auténtico que hacer antes de cenar.

  • Días laborables: los turistas que visitan la ciudad suelen alojarse entre semana, cuando las vinotecas suelen estar más tranquilas.

  • Espacios antes de la cena: los turistas están abiertos a nuevas experiencias antes de acudir a sus reservas para cenar.

Esto significa que las horas en las que los bares de vinos tienen dificultades para llenarse son precisamente aquellas en las que los turistas buscan actividades interesantes que puedan reservar.


Cómo las experiencias resuelven la brecha

Al ofrecer catas estructuradas durante estos momentos más tranquilos, las vinotecas pueden:

  • Aumenta los ingresos diarios totales sin añadir estrés a las horas punta.

  • Optimice el tiempo y los recursos del personal en franjas horarias que, de otro modo, estarían vacías.

  • Crea un flujo predecible con clientes con reserva previa, en lugar de esperar a clientes ocasionales.

Ejemplo: una tarde de martes normalmente atraería a pocos clientes. Pero con una cata programada para cuatro viajeros a 25 € cada uno, ese mismo horario genera 100 € de ingresos, garantizados por adelantado.


El papel de Winedering

Llenar las horas tranquilas solo funciona si los turistas pueden descubrir la oportunidad a tiempo. El tráfico espontáneo por sí solo no es suficiente.

Aquí es donde Winedering marca la diferencia:

  • Visibilidad: Los viajeros utilizan Winedering para planificar sus itinerarios y encontrar auténticos momentos enológicos en la ciudad.

  • Reservas prepagadas: todos los asientos están confirmados y pagados, lo que elimina las ausencias.

  • Flexibilidad: Las vinotecas deciden qué días y horas quieren abrir sus experiencias, lo que facilita centrarse en las franjas horarias menos utilizadas.

Para los turistas, esto significa poder disfrutar de experiencias en horarios convenientes. Para las vinotecas, significa convertir las «horas muertas» en ingresos seguros.


Conclusión

Las horas tranquilas no tienen por qué ser horas perdidas. Con el auge del turismo enológico urbano, estos periodos representan un potencial sin explotar. Al organizar experiencias seleccionadas durante las horas de menor afluencia y darles visibilidad en Winedering, las vinotecas pueden llenar sus agendas, dar la bienvenida a nuevos clientes y aumentar sus ingresos, todo ello sin riesgos adicionales.

Empieza hoy mismo. Regístrate gratis en Winedering, elige tus horas de tranquilidad y conviértelas en momentos remunerados y reservados con antelación.

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